sábado, 19 de marzo de 2011

La vocación del Ballet


- Mamá, quiero estudiar ballet – dice con seguridad y una sonrisa la joven de 17 años, parada en el umbral de la puerta de la cocina, con sus puntas y tutu rosado.
Tal vez, la madre de la joven sienta temor por el futuro profesional de su hija pero no dice nada. Tal vez, dialogue con ella y, con cara larga, termine convenciéndose a regañadientes. O tal vez, sonríe más ampliamente que su hija pues sabrá que ella hará de su vocación una profesión, y será una persona feliz por el resto de sus días. En otras palabras: como madre, no había fallado.
Algunas personas creen que el ballet, como otros tipos de arte y baile, es un pasatiempo que no debe considerarse como carrera. No obstante, hay muchas otras que ven que el arte y el trabajo pueden ir muy bonitos tomados de la mano. Mediante este blog, quisiera alentar a la juventud que desea realizar estudios de danza clásica a que lo hagan, y recordarle a los padres que una carrera en arte no es una carrera terrorífica ni para morirse de hambre: es una carrera repleta, la mayor parte del tiempo, de nubes azules y rosita (o sea, de felicidad) y que, a la vez, es capaz de generar dinero.
Palabras para los lectores, soñadores, hijos, padres, artistas… para todo aquél que escuche
Antes que nada, quiero decirles a todos los que desean estudiar ballet u alguna otra rama del arte, ya sea música, teatro, danza, escritura creativa, humanidades en general: No tienen nada, absolutamente nada, que perder. No frustren sus sueños ni tengan una vida que no les llena a cabalidad. Recuerden que, a lo mejor, viven una sola vez. No malgasten esta vida pensando que debieron haber hecho esto y lo otro y no lo hicieron. Hay muchos adultos que, felizmente, cambiarían sus títulos universitarios por una vida artística pero ahora sus circunstancias son demasiado complicadas para pensar sólo en ellos. Así que, si son jóvenes o su vida no llega a demasiada complicación, hagan todo lo que sus corazones les dicta que hagan. Tomen en sus manos las riendas de su vida. Crean en ustedes y verán que, a la larga, si hacen lo que les apasiona, todo les irá de maravilla. No dejen pasar LA oportunidad. A veces, llega sólo una vez.
Ahora bien, me gustaría tener un corto monólogo con los padres de hijos ambicionados con ser artistas: apóyenlos; sean roca fuerte y estén con ellos en todo el trayecto. Ya de por sí, los artistas tienen demasiado presión encima. Como padres, no quieren ser una piedra en el camino al éxito de sus pequeños. Recuerden sus sueños; recuerden lo que querían… Y sean felices con la decisión de sus hijos. Estoy segura que no les defraudarán.  
 
La pregunta ahora es: ¿qué puede hacer un artista que estudia ballet?
Y la respuesta es: un montón de cosas. Obvio, puede bailar profesionalmente con un grupo de alto calibre en su país o bien, en el extranjero. Este tipo de agrupación tiene fama de ofrecer un muy buen salario a quienes logran entrar a su grupo de talento. Otra opción muy famosa y que otorga buena paga es la creación de una escuela de baile y/o tienda que venda artículos para bailarines. También, los que estudian este arte son cotizados por el mundo del entretenimiento en general. Por su talento y versatilidad, agencias de baile, manejadores de artistas famosos y hasta directores de cine / televisión les buscan para ofrecerles propuestas temporeras de muy buena remuneración.
El secreto de todo: procurar redactar un buen curriculum vitae artístico, hacer buena promoción personalizada de tus talentos, creer en ti y sonreír.

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